Riojarchivo

 

Título: Con qué te lavas la cara
Clasificación: Cancionero
Localidad: El Villar de Arnedo
Informante: Josefa Pérez Ordoñez (27-6-1929)
Lugar y fecha de recopilación: El Villar de Arnedo, 25 de agosto de 2000
Recopiladores: Javier Asensio García y Gonzalo Martínez Cordón Gonmar

 

Esta mañana te he visto,
mañana también quisiera
con la jarrita en la mano,
regando las azucenas

¿Con qué te lavas la cara,
ojitos de palomita,
con qué te lavas la cara,
que la tienes tan bonita?

No me la lavo con nada,
solamente agua clara
de la fuente de La Ampiuda,
temprano por la mañana.

La fuente de la Ampiuda  (en realidad Ampudia) es un lugar emblemático de El Villar de Arnedo. En las afueras del pueblo, ya en el campo, sus aguas son muy delicadas, ideales para cocinar sopas, cocidos y calderetas; gozan de merecida fama en toda la comarca. Como dice la canción, las mujeres que querían suavizarse la cara se lavaban con ella.

La fuente ya aparece citada en el año 1547 en una reclamación que los ganaderos de El Villar presentaron al Ayuntamiento de Calahorra “para que los ganados del Villar de Arnedo puedan beber en las fuentes que están encima del Pradejón». Con el tiempo los villarejos no solo obtuvieron permiso para el disfrute de sus aguas sino que comerciaron con ella.  Hasta épocas recientes se conoció la figura del aguador, bien descrita por Gonzalo Martínez, el popular Gonmar, como “la persona que se dedicaba a vender agua de La Ampiuda. Manuel Fernández Chamané y Evaristo Espinosa El Ausejano llevaban el agua a los de Pradejón y les cobraban a peseta el cántaro, Antonia La Pericantas que era la encargada de la llave de la puerta de la fuente –construida en 1945 para regular su uso en tiempos de sequía-, cerraba la puerta todas las noches y subía al pueblo cántaros de agua al que se lo encargaba a cambio de una  propina”.

En el siglo XVI ya circulaba por España una redondilla que es el antecedente conocido más lejano de esta copla villareja. En el cancionero de Gabriel López Maldonado de 1586 aparecen estos versos:

Qué te pones en la cara,
Juana, que tan linda estás.
El diablo lleve más
que un poquito de agua clara.

Bibliografía: