Título: La serrana de la Vera |
El mito de la mujer que vive en el monte como una fiera y atrapa a los hombres que se acercan a su territorio ya está presente en la literatura medieval. El motivo se asentó en un romance que sirvió a Lope de Vega y a Vélez de Guevara de inspiración para componer sendos dramas con el mismo título, La serrana de la Vera. En la obra de Lope se dejan ver los motivos y versos del romance que ya entonces circulaba en labios del pueblo:
Salteóme la Serrana
junto al pie de la cabaña.
La Serrana de la Vera,
ojigarza, rubia y branca,
que un robre a brazos arranca
tan hermosa como fiera.
Viniendo de Talavera
me salteó en la montaña
junto al pie de la cabaña.
La distribución de este romance en La Rioja está reducida a los pueblos del Alto Najerilla, concretamente a Neila, Villavelayo y Viniegra de Arriba, siendo desconocido en el resto de la región. El ser un romance común en Extremadura y de temática pastoril nos hace pensar llegó a nuestra tierra a través de la Cañada Soriana Occidental, la que une la Sierra con las dehesas extremeñas.
En el pueblo de la Olla, legua y media de Plasencia
habitaba una serrana alta, rubia y sandunguera
con una trenza de pelo que a los zancajos le llega.
Cuando tiene ganas de agua se sale a la ribera
cuando tiene ganas de hombre se sale a las altas peñas.
Vio venir a un serranito con una carga de leña
lo ha cogido de la mano y lo lleva pa su cueva.
No lo lleva por caminos ni tampoco por veredas
que lo lleva por el monte por donde nadie los vea.
La serrana, cazadora, la cintura lleva llena
de conejos y perdices y tórtolas halagüeñas.
Ya trataron de hacer lumbre con huesos y calaveras
de los pobrecitos hombres que ha devorado en la cueva.
Ya trataron de cenar y se puso una gran cena
de conejos y perdices y tórtolas halagüeñas.
–Bebe, bebe, serranito, agua de esa calavera
que puede ser que algún día de la tuya otro beba–
Ya trataron de acostarse le dijo: –Cierra la puerta–
y el serrano, muy astuto, la ha dejado medio abierta.
Cuando la encontró dormida se ha salido para afuera
y ha montado en su caballo y camina pa la sierra.
Legua y media había andado y sin volver la cabeza
¡ojalá en todo el camino ojalá no la volviera!
vio venir a la serrana bramando como una fiera.
–Vuelve, vuelve, serranito a por tu capa y montera
que es de paño fino y bueno y es lástima que se pierda.
–Si es de paño fino y bueno como si fuera de seda
mis padres me darán otro, si no me quedo sin ella.
–Lo primero que te encargo que no descubras mi cueva.
–Yo no la descubriré mientras no llegue a la sierra.
Tu padre será el caballo , tu madre será la yegua
y tú serás el potrillo que relinche por las sierras–.
Puede escucharse en el CD Marino Herrero y el folklore de Villavelayo, Música tradicional y cultura oral de La Rioja, volumen 6, Espiral Folk. Alberite, 2009, corte 17.
Bibliografía:
- El mito de la serrana ha sido estudiado por Julio Caro Baroja en «La Serrana de la Vera, o un pueblo analizado en conceptos y símbolos inactuales», en Ritos y mitos equívocos, Itsmo, Madrid, 1974.
- Alejandro Arturo González Terriza. «La Serrana de la Vera: constantes y variaciones de un personaje legendario», en Culturas Populares, Revista Electrónica, 4 (enero-junio 2007), Universidad de Alcalá de Henares, http://www.culturaspopulares.org/textos4/articulos/gonzalezt.pdf