Título: Brindis I |
Los antiguos brindis eran algo más que los buenos deseos y palabras que ahora pronunciamos al brindar. Echar un brindis se asemejaba al momento sagrado de la liturgia en el que el vino se transforma en la sangre de Cristo. Honorio coge el vaso de vino y lo alza con mucha solemnidad, como si de un precioso cáliz se tratara; después comienza a declamar con voz solemne:
¡Oh, vaso, vaso,
oh, vino, vino,
oh, cepa y sus sarmientitos,
oh, sangre de Jesucristo!
Nada más acertado que esta metáfora para elevar al vino a un lugar privilegiado, por la gran importancia que ha tenido desde los orígenes de nuestra civilización.