Riojarchivo

 

Título: Briana y la sierpe
Clasificación: Romancero
Localidad: Foncea
Informante: Flora Martínez Orive (17-12-1934)
Recopilador: Javier Asensio García
Lugar y fecha de grabación: 6 de septiembre de 2004
Catalogación: IGRH 0446
OTIT: Calumnia de la reina

 

Cipriana tiene una huerta      toda de árboles cercada
en medio de la arboleda      una fuente mana clara
con cuatro caños de oro      y perlas sobredoradas
por el uno mana oro      por el otro mana plata
por el otro perlas finas      por el otro agua clara
donde se lava Cipriana      todo su cuerpo se baña.
Un día estando bañándose      una sombra se le para.
–¡Válgame Dios de los cielos      y la Virgen Soberana!
o son estos mis pecados      o a mí se me arranca el alma.
–No son estos tus pecados      ni a ti se te arranca el alma
son las ausencias del rey      que en busca de las tuyas anda.
Si quieres reina en Castilla      o princesa en Alemania
o gozar los siete impleos      los que la reina gozaba.
–No quiero reina en Castilla      ni princesa en Alemania
ni gozar los siete impleos      los que la reina gozaba
la honra de mi marido      la tengo muy estimada–.
La reina que lo está oyendo      de su asiento se levanta
mandó hacer una merienda      que al fin ha de ser sonada
que acudan todos los condes      y reyes de las comarcas.
–Todos tenéis buenas mujeres      muy buenas y muy honradas
menos la del conde Leandro      que con el rey se le anda
de día para el jardín      de noche para la cama–.
Y al subir las escaleras      se ha encontrado con Cipriana.
–¡Quítate de ahí, perra mora,      quítate, perra malvada!
que te tengo de matar      morirás descabezada.
–No me mates aquí, Leandro,      déjame hablar dos palabras
con mi hija Isabel      que ya las tengo pensadas–.
–Cuando veas mi cabeza      en esa sala cortada
la pondrás cien alfileres      los que mi cuerpo adornaban
se la llevarás al rey      y le harás tres reverencias
la una por la mañanita      la otra por la madrugada
la otra cuando estés comiendo      sobre esta silla dorada–.
–Tenga, señor, esta ofrenda      que mi madre me la manda
que para usted será alegre      y para mí, triste, amarga–.
Cipriana murió a las doce      la reina a la madrugada
corren voces en Madrid      corren voces en Granada
que se ha casadito el rey      con la hija de Cipriana
ya que no gozó del tronco      quiso gozar de la rama.

Publicado en el libro de Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008. La versión puede escucharse en uno de los dos CD que acompañan al libro.