Título: Pedriscos tras cambiar al santo de ermita |
La romería a la pequeña y muy rústica ermita de San Sol, entre Robres y San Vicente, era muy concurrida por todas las aldeas de la comarca. San Sol será una variante de San Zoilo. La ermita y su romería vienen relacionadas desde antiguo con una leyenda que cuenta que la imagen de San Felices fue trasladada de otra ubicación a la nueva ermita y que como al santo no le agradó el traslado les castigó con varios años de pedrisco.
Lo cierto es que en tiempos del Catastro del Marqués de la Ensenada (hacia 1750) se iba en romería votiva a una ermita llamada San Felices, por lo que el traslado de la imagen a la ermita de San Sol debió producirse en la segunda mitad del siglo XVIII o en el XIX:
«Regulado lo que paga esta villa y gasta con el cabildo eclesiástico en dicho quinquenio en las rogativas xenerales de San Marcos y Ascensión y la que hacen a San Felices asciende cada un año a cuarenta y siete reales y seis maravedís.»
(Escribano municipal, Catastro del Marqués de la Ensenada. Respuestas Generales de Robles de Cameros y sus aldeas, Año 1746, fol. 60)
La romería nos la describe magníficamente el escritor calahorrano Solano Antoñanzas, quien confunde –y no es el único– San Sol con Sansón:
«La fiesta de Sansón se celebra en este valle en el martes anterior e inmediato a la Ascensión del Señor, y que en 1972 fue 9 de mayo, siendo el regocijo de Robres del Castillo y de todos los pueblos del valle. La ermita de Sansón estaba en un principio en el monte de la Horca (907 m.), después pasó a lo alto de Peña Roya, cerca de S. Felices, a ella iban, desde por la mañana, de romería por el camino del barranco de S. Vicente hasta llegar a Peña Roya, con los machos engalanados por las parejas de Robres y las de los pueblos del valle: La Monjía, Ribalmaguillo, Buzarra, Santa Marina, Reinares, Dehesillas, El Collado y Bucesta; de la margen izquierda del Jubera y de la derecha venían a la fiesta: Oliván, Valtrujal y San Vicente de Robres, y en dicha peña se pasaba un gran día de romería.
La fiesta estaba llena de alborozo y jolgorio celebrando a Sansón, con su paisaje tan bello y pintoresco, con aires muy sanos; y el alcalde de Robres del Castillo repartía a cada persona, vecino o forastero, o de cualquier pueblo del Valle asistente a la fiesta, medio kilo de pan y medio litro de vino.»
(José María Solano Antoñanzas, Etnología de las localidades de Antoñanzas y Peroblasco, Imp. Ezquerro, Lodosa, 1987, página 59)
En las primeras décadas del siglo XX acudía a la romería un almendrero, vendedor de almendras garrapiñadas, conocido como el tío Foro.