Título: Jesucristo y el incrédulo IV |
Salió Jesucristo de caza a cazar como solía,
los galgos ya se cansaban la caza no aparecía.
Por allá se encontró un hombre lleno de melancolía
con blasfemias contra Dios y contra la Virgen María.
Le dijo: –¿No cree usté en Dios?–. Le contestó que Dios no había.
–¡Mira, hombre, lo que dices que hay Dios y Santa María!
que te puede llegar la muerte antes de otro nuevo día.
–Yo no le temo a la muerte ni tampoco al que la envía–.
Y a la mañana siguiente la muerte a su cama iba.
–Detente, muerte rabiosa, detente siquiera un día.
–No me puedo detener que Dios del cielo me envía–.
Las puertas del cielo cierran las del infierno se abrían
para meter aquel mal hombre que dijo que Dios no había
y hay Dios y Santa María.
Publicado en:
- Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.