Título: Las doce tinajas de oro |
En Valdemoro, cerca de la fuente de la Mezquita, están enterradas doce tinajas de oro que seguramente dejaron los moros antes de su expulsión, según cuenta la leyenda. Algún día serán encontradas:
A punta de reja
o a pezuña de oveja.
Es decir: con la reja del arado o tras las pisadas de un rebaño. Si no aparecieron cuando la aldea estaba habitada malamente aflorarán ahora que la soledad se ha apoderado de estas tierras altas de la provincia de Soria, limítrofes con La Rioja. El nombre de Valdemoro sugiere a sus antiguos habitantes un posible valle moro o valle de moros, pero más parece querer decir valle oscuro pues no hay constancia de que en estas sierras entrasen los musulmanes. Pese a que resulta difícil llegar a Valdemoro, algunos de sus descendientes se esfuerzan por visitarlo, arreglar alguna casa y limpiar de zarzas sus calles y caminos. También por preservar la riqueza toponímica del lugar: El Mico, El Quinto, Santa Lucía, Las Fuentazas, Los Ocales, El Raso, Cabeza de Mostajo, Valderrezuelo, La Ambrigüela. Lugares que en otros tiempos estuvieron cubiertos de robles y, decían, como la famosa ardilla prehistórica que podía ir de un extremo a otro de la península sin bajarse de los árboles, que también ocurría lo mismo con los robles de Valdemoro, tan densos que una persona podía ir de uno a otro sin tocar el suelo.
El dicho de «A punta de reja o a pezuña de oveja» aparece en otros lugares cuyas entrañas guardan un tesoro. Nos lo han contado en El Collado y Bucesta. Y lo hemos visto publicado en un libro sobre las leyendas de tesoros en Asturias.
Bibliografía:
- Jesús Suárez López, Tesoros, ayalgas y chalguerios. La fiebre del oro en Asturias, Muséu del Pueblu d’Asturies, Oviedo, 2001.
- Luis Vicente Elías Pastor, Leyendas riojanas, Everest, León, 1990.