Título: Cuando no se puede ir a misa |
A misa tocan, el ángel me llama,
no puedo ir que estoy ocupada.
Jesucristo la dice, Santa María la oye,
ahí va mi alma bien descansada,
el alma y el cuerpo y a Dios consagrada.
Amparo aprendió esta oración de su madre, ambas naturales de Turruncún. Cuando este pueblo fue abandonado la familia de los Ocón Puerta bajó a vivir a Calahorra, en la calle del Palacio, cerca de la Catedral. Allí oían muchas veces las campanas que llamaban a misa y recitaban esta plegaria.