Riojarchivo

 

Título: Silvana III
Clasificación: Romancero
Localidad: Villarroya Montellano
Informante: Francisco Pérez Calvo (4-7-1938)
Recopilador: Helena Ortiz Viana y Javier Asensio García
Lugar y fecha de recogida: Logroño, 12 de febrero de 2019
Catalogación: IGRH 0005
OTIT: El incesto frustrado

 

Silvana se paseaba      por su huerta la florida
con la vigüeña en la mano,      ¡oh, qué bien que la tañía!
Al bajar por la escalera      con su padre encontraría.
–¿Dónde vas, Silvana amante,      dónde vas, hija querida?,
¿quieres venirte conmigo      a la mía compañía?
–¡Oh, sí que me iría, padre,      oh, padre, sí que me iría
si las penas del infierno      usted me las pasaría.
–Sí que te las paso, amante,      sí que te las paso, hija.
–Pues súbase usted a mi cuarto,      a mi cama la florida
mientras yo voy a ponerme      una delgada camisa
pues para dormir con reyes      de oro la necesitaría–.
Al bajar por la escalera      con su madre encontraría.
–¿Dónde vas, Silvana amante,      dónde vas, hija querida?
–Madre, suba usted a mi cuarto,      a mi cama la florida
donde allí espera mi padre      a la mía compañía,
madre, suba usted a escuras      para no ser conocida–.
A eso de la media noche      su padre se acordaría:
–¿Dónde estás, Silvana amante,      dónde estás, hija querida?
–¡Oh, yo no soy la Silvana!,      yo he parido a tres chiquillas,
yo he parido a doña Juana,      también a doña María
y también a la Silvana,      prenda que tanto querías.
–¡Oh, bien haya, la Silvana!,      también su sabiduría
que a las penas del infierno      de bien niña las temías!

Una vez más nos tenemos que rendir ante la belleza sublime del romancero de transmisión oral que nos ha traído como un milagro un romance de origen medieval hasta nuestro siglo XXI. El lenguaje lleno de paralelismos denota arcaismo, los diálogos entre los personajes son de gran nivel poético y el tabú del incesto es preservado por la noble actitud de la hija del rey y de su esposa.

Bibliografía:

  • Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.