Título: Sorteo de novios en La Villa de Ocón |
Miguel Ángel Aguado nos explica con todo detalle la costumbre que había en su pueblo -antiguamente común en toda La Rioja- de sortear novios en la Nochevieja. Su padre, Marino Aguado, era el secretario del pueblo, sacristán y hombre polifacético que tocaba el acordeón en cuanto se olía a fiesta. La cocina en los bajos de su casa de La Villa de Ocón era bar y punto de encuentro de todos los vecinos del pueblo. El sorteo de novios y el baile posterior se hacían allí.
El día de Año Nuevo el ritual de la lotería del amor consistía en ir a rondar con música a casa de la novia, más tarde tomar un vermut y, después de comer, de nuevo el novio en casa de la novia para ser obsequiado con un café.
Miguel Ángel fue corresponsal del diario La Rioja y recuerda que su primera crónica fue la noticia de esta costumbre: «Aceitunas en vez de uvas y sorteo de novios en La Villa de Ocón».
Los mozos sacaron una canción improvisada con motivo de que un cura adelantó la misa de Año Nuevo para que también acudieran ellos.
El señor David
tocó pronto a misa,
no dejó a los mozos
cambiar de camisa.
Fíjese, cómo está el pueblo,
ay, señor David.
La fotografía de Justo Hierro Marín recoge un instante muy común en la cocina de Marino Aguado: si hijo Miguel Ángel y otros músicos populares en un ambiente de fiesta. Tomado de Urbano Espinosa, Gentes y pueblos de Ocón, página 219.
Bibliografía:
- Urbano Espinosa, Gentes y pueblos de Ocón, Sociedad para el desarrollo del Valle de Ocón, 2002.
- Jerónimo Cordón Palacios, Luz a Ocón. Retazos de Rioja, editorial Ochoa, Logroño, 1974.