Título: Coplas de disparate |
La calavera de un burro
miraba al doctor Pancorbo
y entre lamentos decía:
¡Válgame Dios, lo que somos!Al otro lado del Ebro
cantaba una picaraza
y entre lamentos decía:
quién cogiera anca y burro.
Aunque Práxedes y Lucía no lo recuerdan como tal, consideramos estas coplas propias del carnaval, época en la que proliferaban discursos y sermones burlescos como podemos ver en otros artículos de esta página web. Gran parte del repertorio que conservan de sus padres viene del ambiente humorístico y carnavalesco que vivieron en su infancia, acostumbrados a revestirse en carnavales -cuando estaban prohibidos-, en las fiestas locales, en Navidad y, los niños, en cualquier ocasión que se sintieran con ganas de divertirse.
La calavera de un burro es en ocasiones un presagio de muerte, en ese caso un motivo más para componer una copla jocosa que remeda el monólogo de la calavera de Hamlet.
El sermón de la picaraza (urraca en el dialecto riojano), subida Práxedes en un banquillo, es también muy carnavalesco, se parece a los viejos sermones burlescos de carnaval y es una de esas coplas disparatadas que ya circulaban en España en el siglo XVII, tal como nos lo recuerda José María Alín:
«Hubo un género de coplas que en el siglo XVII gozó de gran popularidad; se caracterizaban porque el cuarto verso constituía una especie de cuerpo extraño, totalmente ajeno a la canción…»
(José María Alín, Cancionero tradicional, Clásicos Castalia, Madrid, 1991, página 11).
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