Riojarchivo

 

Título: La marusiña
Clasificación: Cancionero
Localidad: Alcanadre
Informantes: Práxedes Maestre Mateo (1-7-1950) y Lucía Maestre Mateo (13-12-1951)
Recopiladores: Helena Ortiz Viana y Javier Asensio García
Lugar y fecha de recogida: Alcanadre, 28 de octubre de 2018

 

La marusiña estaba de parto
y el marusiño no tenía un cuarto.
Marusiña, marusiña,
no vayas por agua al río
que debajo de la losa
está el maruso escondido.

Los pastores a Belén
corren presurosos
y dan alcances a un tren
con zapatos rotos.
Ay, ay, qué alegres van,
ay, ay, ay, si volverán,
con la pan, pan, pan,
con la den, den,
con la pandereta
y gaita gallega.

Galicia exportó al folklore español una de sus canciones y bailes emblemáticos, la muñeira, con la letra de una tonadilla muy conocida:

La marusiña estaba preñada
y el marusiño no sabía nada,
la marusiña estaba de parto
y el marusiño no tenía un cuarto.

No sabemos cuál fue el motivo de que esta canción se pusiera tan de moda ya en el siglo XIX. Quizás fueron los segadores gallegos quienes la cantasen por la España cerealista o bien tan solo fue uno de esos caprichos folklóricos que corren de boca en boca entre la multitud de hablantes del idioma castellano.

Lo cierto es que La marusiña ha dejado su impronta en el folklore riojano. Muchas han sido las localidades serranas en las que durante el descanso de los gaiteros las mujeres formaban corros improvisados. En ellos cabía un sinfín de canciones y La marusiña era una de tantas, junto con otra de aire gallego cuyo comienzo es “A bailar, Carmiña, Carmiña, Carmela…”.

“…por cierto que mientras bailaban la marusiña, una vieja de Soto, que llevaba un chiquillo a cuestas y no quería callar, le bailaba al mismo compás para que callara; pero el ‘indino’ no quería…”

(Redactor de la revista El Najerilla en Mansilla de la Sierra, año 1920, nº 10, página 2)

La marusiña es también uno de los troqueados de la danza procesional de localidad riojana de Cañas que tiene, cómo no, aire de muñeira y es casi idéntica a una conocida muñeira gallega. Igualmente se danza La marusiña en Puras de Villafranca, en La Riojilla burgalesa.

Respecto al folklore navideño hemos de contar que en muchas localidades riojanas los sacerdotes organizaban unas ofrendas al Niño en la misa del gallo en las que mujeres vestidas de gitanas o gallegas -gente humilde y errante como lo fue la Sagrada Familia- iban a ofrecerle sus humildes dones. Estamos dentro de la iglesia y nos acercamos más a lo popular que a lo tradicional pues no se trataba de viejas pastorelas sino de una incorporación relativamente reciente de los propios sacerdotes, en algunos casos a esa pastorela moderna se le llamaba La gallegada.

En la misa de Nochebuena de Cornago, el señor Esteban, cabrero de toda la vida de la familia de los Patos o Patazos, bailaba La marusiña delante del Niño en repetido viaje adelante y atrás y echando pitos con los dedos o tocando castañuelas, al son de una flauta de caña:

Marusiña, marusiña,
no vayas por agua al río
que debajo de la peña
está el maruso escondido.

En el año 1851 un escritor gallego publicaba que la muñeira se tocaba en la misa del gallo de su tierra. Hablando de los gaiteros gallegos dice «Como músico, su tocata favorita es la muyñeira, baile provincial que tiene gran papel en las misas del gallo…» (Antonio de Neira, Los españoles pintados por sí mismos, Imprenta y librería de Gaspar y Roig editores, Madrid, 1851, página 260).

Esta marusiña viajera y navideña aparece en Alcanadre como uno de los aguinaldos que se cantaban por las calles el día de Nochebuena.