Si tendrías olivares
como tienes fantasía
un río lleno de azaite
por tu puerta pasaría.

Dice que te has alabado,
que tienes muchos carneros,
te podías alabar
que eres tú más fea que ellos.

Esta sí que es colorada,
esta sí que es de color,
esta sí que se merece
de los ramos el mejor.

La madre que te parió
no se debiera morir
para parir y criar
serafinas como a ti.

Hermosa clavelinera,
dale riego a tus claveles,
ya verás a la mañana
qué florecidos los tiene.

Las dos hermanitas duermen
en la cama del rincón,
mucho quiero a la pequeña
pero más a la mayor.

De qué le sirve a tus padres
cerrar la puerta el corral
si te has de venir conmigo
por la puerta principal.

Aunque tus padres no quieran
y tus hermanos tampoco,
he de ser el heredero
de tu cuerpo saleroso.

El día de Santa Marina, fiesta en Pinillos de Cameros, existía la costumbre de enramar las casas de las mozas. Los mozos iban cantando las enramadas al son del violín de José el Peine, la guitarra de Antonio Unanue el Ruso y la bandurria o laúd de Manuel Borras.

Aparte, los mozos pagaban a los gaiteros de Laguna, Gregorio Martínez y Bartolomé, para que amenizaran la fiesta.

Interesante y antigua la tonadilla de las enramadas de Pinillos, anterior a las jotas de ronda que se pusieron de moda en todo nuestro territorio.