Iban los tres caminantes      camino de romería
un mandar y el otro andar      los tres llegaron un día,
ya llegaron a Belén      donde la gente dormía.
San José se fue a por lumbre      que otro remedio no había
cuando San José volvió      la Virgen parido había.
Tanta era su pobreza      que ni aun pañales tenía,
echó mano a su cabeza      por un velo que tenía,
lo partió en tres pedazos      y al Niño Dios envolvía.
Ya baja un ángel del cielo      ricos pañales traía
los unos eran de holanda      los otros de holanda fina,
eso todo no era nada      pa lo que ella merecía.
–Súbamela aquí a los cielos      a una silla que tenía
que no la ha hecho carpintero      ni hijos de carpintería,
que la ha hecho Dios del cielo      para la Virgen María–.

Bibliografía:

• Javier Asensio García y Helena Ortiz Viana, La navidad riojana, Piedra de Rayo, Logroño, 2005.