Título: El cura y el piojo II |
Un sacerdote estaba diciendo misa y era en tiempo de guerra, y entonces había de esos piojos gordos blancos que tenían una pinta negra, eran repugnantes, por cierto, y se le paró en el cuello y le picaba y, claro, no sabía cómo quitárselo y entonces, con mucho disimulo, cuando va a levantar así la patena, que le llaman ellos, hace así (en gregoriano):
–Arrecáncano que picastes
en cuello sacerdutuno
en patena la diñaste
por Cristo seculan seculorum.
Y le contestan todos los fieles:
–Amén.
Con que así se quitó el piojo de la cabeza.
Bibliografía:
- Publicado en Javier Asensio García, Cuentos riojanos de tradición oral, Piedra de Rayo, Logroño, 2004.