Título: La ronda de Luezas |
Los mozos de Luezas salían de ronda en varias ocasiones. Salían «a pedir» por Santa Águeda y carnaval para ver si conseguían alguna vianda y organizar una merienda. También lo hacían cuando regresaba al pueblo algún americano al que le daban la serenata para que les soltase algo de dinero. Y, sobre todo, salían a rondar a las mozas en las noches de cualquier día festivo. La tonada que recuerda Marino es propia de las tierras altas de los valles del Iregua, Leza y Cidacos, una tonada antigua, anterior a la llegada de las jotas de ronda.
Buena sea mi llegada
porque he llegado el primero
a darle la enhorabuena
a este encarnado lucero.
Ya sé que estás en la cama,
ya sé que durmiendo no,
ya sé que estarás diciendo,
ese que canta es mi amor.
Eres pequeña y bonita
como un grano de cebada,
lo que tienes de pequeña
lo tienes de resalada.
En La Rioja como hay agua
se crían los caracoles,
pero en mi pueblo se crían
chavalitas como soles.
Esta es la plaza, señores,
esta es la plaza y no hay otra,
donde pican el tabaco
los mozos que van de ronda.
Desde Pachuca ha venido
y aun siendo americano,
desde Pachuca ha venido
a Luezas a visitarnos.
Copla que los mozos le dedicaron a Santiago, de regreso al pueblo que le vio nacer. Vivía en Pachuca (Méjico).