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Título: Romería a Lollano |
Ahora sí que a los borrachos
nos van a tener envidia,
las praderas de Lollano
las van a poner de viñas.
Lollano, Lo Llano u Ollano fue una antigua aldea dependiente de Villanueva de Cameros que se despobló a mitad del siglo XVIII. Su antigua iglesia hoy es una ermita a la que acuden los vecinos de Villanueva en romería. Las mejores explicaciones sobre la aldea y su abandono nos las proporciona un sacerdote que estuvo destinado en Villanueva en el primer tercio del siglo XX, el ilustre autoleño don Pedro González y González.
“Lo Llano. Antigua aldea, luego despoblado, en el término municipal de la villa de Villanueva de Cameros.
Estuvo situada esta aldea en el mismo paraje donde hoy se encuentra la Ermita de Nuestra Señora de Lo Llano, que dista unos cinco kilómetros de Villanueva de Cameros en dirección Sur.
Al igual que la aldea llamada La Marta, se despobló lentamente en mediados del siglo XVIII, pasando sus vecinos a establecerse en El Hoyo de Villanueva, Aldeanueva de Cameros y Villanueva de Cameros, como se ve en las partidas sacramentales de estos dos pueblos últimos. Las piezas de labor que cultivaban los vecinos de Lo Llano se ven hoy convertidas en buenos prados y algunas de ellas están ya cubiertas de mata baja y arbolado silvestre. En piadoso homenaje de grato recuerdo al antiguo pueblo de Lo Llano, todos los años, en el Domingo inmediato siguiente de la fiesta de la Ascensión se celebra una romería en el paraje de Lo Llano, cantándose la misa en la ermita y distribuyéndose acto seguido a cada uno de los concurrentes, sin distinción de edades ni sexos las limosnas denominada La Caridad consistente en un bollo de pan fino de unos doscientos gramos y una medida de vino aproximada a un cuartillo, costeado todo por el Ayuntamiento de Villanueva de Cameros que preside la fiesta, a la cual, además de vecindario de esta villa, suele asistir alguna gente joven de los pueblos circunvecinos, principalmente de Villoslada de Cameros. Es costumbre llevar cada familia sabrosas meriendas, y se pasa el día entero en aquel delicioso paraje con animados bailes, obsequiándose unos a otros con exquisitas almendras garrapiñadas y finos licores hasta el derroche y desarrollándose escenas muy humorísticas y divertidas en bromas que todos aguantan de buen grado. Entre éstas últimas, venía de tradición la de arrastarse los amigos unos a otros, cogiéndose de sorpresa y tirando de los pies, en espacio de unos pocos metros, cuya broma envolvía la obligación de que el así arrastrado o la arrastrada convidase con almendras a los arrastradores, la cual costumbre, por lo grosera que era y tan opuesta al decoro, principalmente tratándose de las mujeres (y tanto más ante lo corto y ceñido de los vestidos modernos), el autor de este libro, como Cura Párroco de este pueblo de Villanueva de Cameros, ha procurado desterrar a fuerza de prudentes razonamientos.
El nombre primitivo de este poblado debió ser Lo Llano, pues así aparece designado en documentos parroquiales de los siglos XVI, XVII y XVIII, pero en el siglo XIX comenzó a llamarse también y escribirse El Ollano, y ahora ya casi prevalece esta última denominación hasta en los documentos oficiales, por culpa de los secretarios que desfilaron por el Ayuntamiento, los cuales vienen designando con este moderno nombre en las frecuentes relaciones de montes y pastos que se dan de este término para las estadísticas forestales.”
(Pedro González y González, Poblaciones antiguas extinguidas en La Rioja, Manuscrito conservado en el I.E.R., escrito hacia 1940, M/291).
Villanueva tuvo siempre buenos músicos de cuerda que acudían a tocar a la romería de Ollano. A principios de siglo XX eran los bandurristas Manuel Escrich de Villanueva y Mauricio Ramírez de Pradillo.
Por aquella época fue muy célebre la orquestina que dirigía Ignacio Espiga de Ortigosa con músicos de la comarca. En el año 1932 a Ignacio le acompañaron en la romería a la ermita de Ollano Domingo Martínez y Nemesio García, también de Ortigosa.
Luis San Martín y Manuel Gómez iban con su guitarra y violín. Más tarde Antonio Unanue El Ruso con la guitarra y José El Peine con el violín.
Bibliografía:
- Ángel de Pablo García, Paseos por la historia y la toponimia de Villanueva de Cameros, Comic Romero SL, Logroño, 2012.